LOS AYUDÓ EN EL MOMENTO MÁS DIFÍCIL
Hoy puede ser su verdugo: el paso de Ariel Holan por Núñez
El director técnico de Independiente hizo un máster en el "Millonario": fue parte del cuerpo técnico de Almeyda durante la campaña del regreso a Primera. Cuál era su rol, el software que introdujo y el lazo que se mantuvo indeleble con el club.-
Las imágenes de ESPN son de las pocas que registran esos dos años de trabajo, de aprendizaje.Holan dejó su humilde huella en River. Fue en 2011/2012.
La cabellera más nutrida, el mismo tono calmo para expresarse ante los micrófonos, otro escudo estampado en la campera. Ariel Holan, con las suelas sobre el césped del Monumental le agradece "a mi familia, a mis hijas", por la vuelta olímpica; y a Matías Almeyda, "que como conductor es ejemplar". River venció 2-0 a Almirante Brown y celebra el regreso a Primera División, con el Pelado como entrenador, tras la afrenta de su descenso a la B Nacional. Y como integrante de ese cuerpo técnico, con un perfil bajísimo, Holan hace escuchar su voz, se apunta sus méritos en la conquista.
Las imágenes de ESPN son de las pocas que registran esos dos años de trabajo, de aprendizaje. Ya con el hockey sobre césped pasando paulatinamente al archivo como una etapa de crecimiento, Holan dejó su humilde huella en River. Fue en 2011/2012: esta tarde-noche, cuando se siente en el banco visitante, más allá de su vínculo pasional con Independiente, un retazo de nostalgia atravesará su mente, antes de enfocarse en el duelo de vuelta por los cuartos de final de la Copa Libertadores, en el que puede vestirse de verdugo de uno de los clubes que le abrió la puerta en el fútbol.
El Millonario debía iniciar el camino de la vuelta a la elite. Daniel Passarella, entonces presidente, había ungido a Matías Almeyda, recientemente retirado, como comandante del proyecto. Y el preparador físico Alejandro Kohan, luego profe del propio Holan en Defensa y Justicia e Independiente hasta que se distanciaron, fue el que recomendó a Ariel.
Su rol, en un cuerpo técnico amplio, se enfocó en el videoanálisis de los adversarios y la visualización de las jóvenes promesas en la cantera para ir abriéndoles la puerta de Primera. Su perfil era subterráneo.
"Mi función no sólo era analizar a los rivales. El que tenía más trayectoria y el que más conocía las categorías era yo. Yo le presentaba los informes de los rivales de turno a Matías. Mi rol era con muy poca exposición", comentó en una entrevista publicada por La Página Millonaria. "Realmente ser partícipe de la resurrección iba a quedar en la memoria y en nuestro corazón, en todos los sentimientos que un ser humano puede tener", dijo sobre la etapa en la que participó en Núñez.
De la mano de Holan, siempre proclive a la aplicación de la tecnología en el deporte, una búsqueda que tomó del hockey, Almeyda instauró entonces la utilización de un software para hacerle un seguimiento especial a cada jugador. Hoy, siete años después, es moneda corriente en todos los planteles.
"Lo conocí a Matías y empecé a trabajar con él. Hicimos toda la etapa de River y la de Banfield juntos, de él aprendí un montón", volvió a ensalzar al Pelado. Hasta que decidió impulsar su propio proyecto junto a Kohan. Y decidió abrirse, buscar su camino, que derivó en Defensa y Justicia y luego en Independiente, donde obtuvo una Copa Sudamericana y hoy lo pone del otro lado de la línea de cal en un duelo de alta temperatura.
Pero el lazo afectivo no se cortó. Antes de la disputa de la Supercopa Argentina entre el Millonario y Boca en marzo de este año, hizo público su deseo sin temor a las miradas inquisidoras. "Ojalá tenga una alegría", resaltó.
Hay más: en 2016, antes de cruzarse con Defensa, dijo que la Banda "está en lo profundo de mi corazón". Y previo a este doble duelo copero, se deshizo en elogios: "Vamos a jugar contra un club al que quiero. Soy un admirador de Gallardo. River tiene un técnico extraordinario, el más exitoso de la historia del club. Es un equipo con futbolistas de primer nivel que juegan el fútbol que a mí me gusta. Me encantan estos partidos: lo único es que quiero mucho a River también y es una pena que haya tocado en esta fase".
De aquel hombrecito que le puso el hombro a River en su peor momento y celebró alocadamente el ascenso en 2012, a este técnico probado, con nombre propio, de 58 años, que puede arrebatarle el sueño de Libertadores con Independiente, el club del que es hincha. Más allá de que nunca olvidó aquel máster en Núñez. Y que, interiormente, cree que, alguna vez, volverá a ocupar el banco local del Monumental.
Martes, 2 de octubre de 2018
