volvieron las dudas
Argentina ganaba fácil, pero perdió con Nigeria
Después de un buen primer tiempo, la Selección de Sampaoli cayó 4-2 y dejó una pobre imagen en Krasnodar.Fue, sin dudas, un partido rarísimo que tuvo dos tiempos: el primero lo ganó bien Argentina, pese al descuento del final, pero una ráfaga en el arranque del segundo mostró otra Argentina y otra Nigeria, que se quedó con una victoria inobjetable, arrebatándole el invicto a Sampaoli.

Sin Lionel Messi, liberado tras jugar frente a Rusia en Moscú, el objetivo era afianzar la idea, mejorar los cambios de ritmo, avanzar en pequeñas sociedades dentro del campo y evaluar a futbolistas que se juegan su chance de Mundial. Sin embargo, poco de eso se dio en el moderno Stadion Krasnodar, donde la Selección le ganaba 2-0 a Nigeria pero terminó perdiendo (y sufriendo) 4-2 en su última presentación en la tierra donde el año próximo se vivirá el Mundial y donde perdió su invicto el equipo de Jorge Sampaoli.
El octavo capítulo del ciclo (victorias ante Brasil, Singapur, Ecuador y Rusia, empates contra Uruguay, Venezuela y Perú) ofrecía cuatro cambios respecto del equipo que ensayó ante el anfitrión de la próxima Copa del Mundo. Agustín Marchesín no pudo aprovechar su chance en el arco en lugar de Sergio Romero, Ever Banega abrió el marcador pero fue de mayor a menor en el sitio de Matías Kranevitter, Paulo Dybala, reemplazante de Messi, no gravitó y Cristian Pavón (por Salvio) apenas colaboró con la asistencia del segundo gol.
La Selección tardó un cuarto de hora en arrancar. Al principio, compartió el dominio de la pelota y era imprecisa, mientras Nigeria se movía bien en mitad de cancha, con el buen manejo de John Mikel Obi. Además, el equipo africano tenía una línea de cinco defensores pero cuando atacaba Abdullahi Shehu pasaba al medio y así aprovechaba la superioridad numérica. En resumen, se dio un partido parejo y un dominio repartido hasta los 15 minutos.
Hubo un punto de inflexión curioso: un codazo de Kelechi Iheanacho a Nicolás Otamendi, su ex compañero en el City, que se enojó y salió muy golpeado. El partido se paró y cuando volvieron a jugar, la Selección fue otra. Fue mejor que en el partido contra Rusia, más precisa para salir y más dinámica. Se destacó el mediocampo: Enzo Pérez se mostró muy activo, Banega condujo al equipo y Lo Celso mejoró con respecto al partido anterior. El único que no conectaba hasta ahí era Dybala y por eso, por momentos, abundaban los pelotazos, como los dos de Mascherano a Pavón y el de Enzo Pérez a Di María.
La paridad duró, entonces, hasta que Nigeria se desconcentró y Argentina le tomó la mano al partido. A partir de ahí, llegó el tiro libre y el gol de Banega que destrabó el partido. Y empezaron a sucederse situaciones de gol: dos desbordes de Di María, un cabezazo muy claro de Otamendi, una combinación abajo del arco con Di María y Lo Celso.
Después, casi por decantación, llegó el segundo gol, un golazo de Agüero. Salió Mascherano del fondo, Dybala tocó para Pavón, quien desbordó y mandó el centro para el gol del Kun, en una fórmula similar a la del partido contra Rusia.
Parecía resuelto el partido ante un seleccionado nigeriano displicente, que parecía estar concentrado por un rato y ya después no. Por eso, con el 0-2 el partido parecía cocinado. Sin embargo, revivió Nigeria en el último minuto con el tiro libre, y una floja reacción del arquero Marchesín, que tocó la pelota pero no la alcanzó, en la primera vez que le patearon al arco.
Luego sí Marchesín tapó bien lo que era el empate de Iheanacho, lo que hubiera sido injusto porque Argentina dominó desde los 15 minutos, tácticamente manejó la pelota y los tiempos y se mostró firme atrás. La deuda de un buen primer tiempo era Dybala: a la Selección le faltó un poco más de él para hacer el resultado más amplio.
Volvió dormido del vestuario el equipo de Sampaoli, que ya había movido el banco al meter a Darío Benedetto por Agüero. Con un par de distracciones en el arranque del segundo tiempo, Argentina pasó de estar de 2-1 a 2-3 por los goles de Alex Iwobi, a los 6, y Brian Idow, a los 8. Hubo, es cierto, mucho mérito de Nigeria al ganarle la espalda a Otamendi y aprovechar la mala salida en el medio de Pérez y Banega.
Argentina no encontraba el partido y pese a los ingresos de Papu Gómez y Belluschi no había conexión. A Benedetto le llegaba poco, Argentina perdía la pelota y empezaba a depender del empuje de Mascherano y de Otamendi desde atrás, con lo que -cada vez que salían- se exponían a réplicas que marcaban una enorme diferencia de velocidad.
Cada contraataque de Nigeria parecía medio gol. Y además lo tenía a Ibowi, del Arsenal, que la rompió: después del empate, hizo esa maravilla del 4-2 con caño incluido a Mascherano.
La acumulación de cambios desvirtuó el partido y con la salida de Dybala Argentina se quedó sin conducción. Ni Belluschi ni Papu Gómez condujo con acierto y a Argentina se le fue el partido. Aunque tuvo un par de chances al final, y pudo haber marcado algún gol, también Nigeria podría haber metido de contraataque un par de goles más.
Fue, en definitiva, un partido raro. El primer tiempo se mantuvo en línea con lo que venía haciendo la Selección pero el segundo fue absolutamente desconcertante. Fundamentalmente porque el equipo mostró falta de reacción, cuando cometió esas dos distracciones y pasó a estar 2-3 con 37 minutos por delante para para anotar, y no logró parecerse ni por asomo al equipo del primer tiempo, ese que Sampaoli busca.
Y la conclusión parece ser una, la más obvia: si cometés estos errores en el Mundial, te volvés.
Desarmado en el medio y desprotegido con la última línea de apenas tres hombres, tampoco los cambios favorecieron a Argentina. Alejandro Gómez y Fernando Belluschi, por Lo Celso y Dybala -que no pudieron aprovechar sus oportunidades-, buscaron abrir la cancha pero, ante cada contra, no ayudaban con la marca, por lo que Otamendi, Mascherano y Pezzella debían retroceder con velocidad e inteligencia cuando el seleccionado nigeriano se acercaba al arco de Marchesín.
Fue en una de esas acciones en las que llegó el inesperado cuarto gol de Nigeria. Iwobi dejó parado a Mascherano antes de sacar el remate que se transformó en el 4-2 a los 28 minutos.
Mientras tanto Sampaoli seguía apelando al banco y los cambios se sucedían en la Selección: Perotti, Rigoni e Insúa ocuparon los lugares que dejaron Pavón, Di María y Pezzella. Pero la desconexión era total y Nigeria, relajada, lo aprovechó para cerrar un gran triunfo ante el subcampeón.
Martes, 14 de noviembre de 2017