COPA LIBERTADORES
El uno por uno del milagroso San Lorenzo
Nicolás Navarro (4): Si no existía el "Milagro Belluschi", hubiera culminado como uno de los malos de la película de otra eliminación copera de San Lorenzo. Todo equipo con pretensiones altas necesita un arquero que lo salve.
Y Navarro había hecho lo contrario: frenó el dulce inicio azulgrana cuando no respondió bien ante el tiro de Rodinei que se hizo 0-1. El fútbol y sus circunstancias dejaron a ese momento negativo en un simple error.
Paulo Díaz (4): No se había proyectado demasiado, tampoco había sufrido en la marca. Cometió un error que podría sido letal: una violenta falta desde atrás a Paolo Guerrero que merecía roja y que hubiera complicado todavía más a San Lorenzo. El árbitro se apiadó y sólo lo amonestó.
Marcos Angeleri (7): Presencia decisiva en el área rival. Otro cabezazo goleador, como el sábado contra Huracán, cuando el equipo no ofrecía respuestas, casi no generaba situaciones de gol y en un momento decisivo. Además, peleó toda la noche contra el complicadísimo Paolo Guerrero y, aunque le costó, se las ingenió para incomodarlo.
Matías Caruzzo (5): Acusó de entrada una molestia física, pero nada se guardó. Al peruano Guerrero lo padeció más que Angeleri. No estuvo limpio en la salida desde atrás.
Gabriel Rojas (5): El píbe impuso la intensidad habitual. Se mostró desprolijo en el traslado, pero tiró el último centro, el que tras una serie de rebotes finalizaría en gol de Belluschi.
Franco Mussis (5): Corazón y más corazón, hasta el último segundo. Eso sí, en su rol, es clave elegir con inteligencia cuándo trasladar y encarar y también cuándo tocar. Esa materia todavía la tiene pendiente y a San Lorenzo casi le cuesta muy caro. Por arriesgar en la individual, perdió la pelota en la jugada del contraataque que derivó en el córner y posterior gol de Rodinei. No fue la única mala elección de ese estilo.
Ezequiel Cerutti (7): La máxima luz azulgrana. Desequilibró y ganó cada vez que encaró. Claro que como era la única alternativa ofensiva de San Lorenzo se transformó en repetida. Esta vez el equipo extrañó al juvenil Merlini (ausente por lesión), clave para oxigenar y volar por la otra banda. Entonces, el Pocho en soledad se desgastó físicamente y concluyó reemplazado.
Fernando Belluschi (6): Toda la jerarquía y la paz en el último instante, en el momento más tenso y caliente, para coronar la clasificación, propio de un futbolista diferente aunque atraviese por su peor versión. El mismo Belluschi reconoce que anda lejos de su nivel ideal. De nuevo, participó poco en el armado y en la elaboración, perdió con las imprecisiones y hasta ejecutó mal las pelotas detenidas. Al revés de la noche contra Católica, esta vez Aguirre no lo sacó. Y como aquella noche, tampoco el técnico se equivocó.
Néstor Ortigoza (5): Sin la precisión que lo distingue, también el equipo necesitó más de él. De todos modos, nunca se escondió. Sabiendo su inmensa influencia colectiva, se preocupó porque la pelota girara a su alrededor. No desaprobó, pero quedó lejos del mejor Ortigoza.
Rubén Botta (5): Hasta el gol de Flamengo, ilusionó con la gambeta y con un tiro libre apenas desviado. Más tarde, se le hizo difícil imponerse. Parece sentirse más cómoda cuando se aleja de la banda izquierda.
Nicolás Blandi (5): Debe haber sido uno de los partidos en los que más y mejor jugó afuera del área. El problema es que no pesó adentro. Ahí, en la zona de resolución, quedó en deuda. Demasiado liviano. Como atenuante, el equipo jamás lo alimentó como un 9 necesita. Al cabo, no le generó ninguna chance clara de gol.
Cristian Nahuel Barrios (7): Un ángel lo sobrevuela. Jugó los últimos 20 minutos. Como contra Católica había reemplazado a un futbolista que en instantes de búsqueda ofensiva no suele ser reemplazado (Belluschi), esta vez ante Flamengo también entró por otro que en general no es sacado en esas situaciones de extrema necesidad (Cerutti). Y el Perro de nuevo le dio la razón a Aguirre. El pibito de 19 años cumplidos cumplidos el 7 de este mes le aportó frescura y oxígeno a un equipo que parecía quedarse sin reflejos. En una de las primeras que tocó, peleó una pelota que había perdido y metió el centro que desató el empate y la reacción de un San Lorenzo que se mostraba frenado. Después, la pidió y la pidió. Empezó a volar. Es una ilusión.
Gonzalo Bergessio: Jugó menos de 20 minutos y no recibió calificación. Reemplazó a Paulo Díaz a los 43 del segundo tiempo para colaborar en la embestida del final. Casi no participó.
Jueves, 18 de mayo de 2017
