CAMPEONATO ARGENTINO ABIERTO
La Dolfina y Cambiaso están llamados para seguir buscando la gloria eterna
Adolfo Cambiaso lo hizo de nuevo. Pero su más perfecta creación, La Dolfina, también. Porque si es difícil ganar apenas una vez el Argentino Abierto, el torneo más importante de polo en el mundo, hacerlo diez veces suena casi a una misión imposible. Para muchos. Pero no para el club de Cañuelas.
Uno de los mejores equipos de la historia ganó por décima vez en Palermo. Se impuso a Ellerstina por 16 a 12.
Hay un hombre que, a los 41 años, logró reinventarse en varios aspectos para jugar como si tuviera diez menos y para seguir siendo el mejor de todos. Hay un hombre que apostó por un método revolucionario (clonación) para seguir siendo uno de los polistas mejor montados del mundo y se dio el gusto de celebrar con un palenque en el que su mejor yegua (Cuartetera, ya retirada) se repitió seis veces en seis clones. Hay un hombre que hace 16 años pateó el tablero, dejó a quien había sido su padre polístico y decidió embarcarse casi en la más absoluta de las soledades en un proyecto propio que hoy ya es una parte grande de la historia.
Coronel Suárez no se impuso 25 veces en Palermo de casualidad; y tampoco fue casualidad que Juan Carlos Harriott (h), el mejor representante del polo amateur, se haya coronado 20 veces en el torneo. Seguramente será muy complicado para La Dolfina llegar a aquel número de Coronel Suárez; o también será casi imposible que Cambiaso llegue a la marca de Harriott. Pero cuando ganar deja de ser sólo un objetivo y se transforma en una obsesión y en una costumbre, todo puede suceder en el deporte.
Entonces, pasó ayer y podrá volver a pasar una y varias veces más. Ellerstina se había sacado la espina de ganarle a La Dolfina en esa final de Hurlingham que le cortó una serie tremenda de 39 partidos invicto y tres Triple Coronas seguidas (más el título de Tortugas en el arranque de esta temporada). Pero cuando todos esperaban que La Dolfina aflojara porque los Pieres le habían encontrado la vuelta al sistema de Cambiaso y compañía, el mejor equipo del mundo integrado por cuatro de los mejores cinco jugadores del mundo (el quinto es Facundo Pieres) superó otra vez al tradicional adversario por un amplio 16 a 12.
En una final durísima Ellerstina le puso una fuerte presión a su adversario durante seis chukkers en los que casi siempre estuvo arriba en el marcador aprovechando tres circunstancias: el extraño mal taqueo de La Dolfina, la aún más extraña ineficacia de Cambiaso en los penales y un Facundo Pieres que, bien acompañado por su hermano Nicolás, empezó a marcar un gol tras otro para convertirse en una pesadilla para la estructura defensiva del campeón.
Hasta que en el séptimo capítulo todo se dio vuelta. Y aquí también hubo tres razones para que eso sucediera más allá de los goles que llegaron gracias a Juan Martín Nero (penal), Pablo MacDonough y David Stirling: en la repetición de caballos funcionaron mucho mejor los de La Dolfina, Stirling terminó concretando una actuación descollante (ya había funcionado muy bien hasta el sexto chukker pero lo que hizo el uruguayo en los últimos dos fue sensacional) y Facundo Pieres bajó su rendimiento y ninguno de sus compañeros pudo tomar la posta. Entonces La Dolfina fue, fue y fue y en esos últimos 14 minutos de juego estableció un parcial de 5-1 que terminó definiendo la historia.
Desde que arrancó la actual formación de La Dolfina en 2011 los números apabullan: conquistó 14 de los 17 torneos que disputó. En todo este tiempo supo superar psicológica y polísticamente a Ellerstina y con el resto de los rivales la brecha fue creciendo hasta convertirse en casi abusiva. La Dolfina es un equipo llamado a hacer más historia y es imposible pensarlo sin ganas de seguir buscando la gloria. Porque tiene todo para continuar yendo por ella. Porque tiene a tres cracks que saben cuál es su función en cada partido y en cada lugar de la cancha. Y porque cuenta con Cambiaso, un verdadero fenómeno de todos los tiempos.
Domingo, 11 de diciembre de 2016
