ARGENTINA CAMPEÒN DE LA DAVIS
Orsanic, ese capitán que le ganó a todo
Sólo un puñado de dirigentes confiaron en él. En sus dos años en el cargo convocó a ocho jugadores.Su nombre apareció en tiempos turbulentos. Argentina acababa de salvarse del descenso.
Sin Del Potro, quien se había alejado de la Asociación Argentina de Tenis (AAT) por diferencias con los dirigentes, Martín Jaite acababa de dejar el cargo. Era el tiempo de bajar el perfil.
Y Daniel Orsanic, director de Desarrollo de la AAT, se convirtió en el capitán. El primer cambio llegó con su contrato: firmó por Copa Davis. El otro, clave, fue el regreso de Delpo, que se había despedido por el “doble discurso e hipocresía” de la AAT.
El debut para Orsanic llegó en marzo de 2014 en Tecnópolis. Del Potro, operado por segunda vez de la muñeca de la mano izquierda en enero, estuvo en la serie contra Brasil, pero para verla de afuera. Sin él, el capitán se inclinó por Leonardo Mayer, Carlos Berlocq, Diego Schwartzman y Federico Delbonis, quien fue el protagonista de un quinto punto angustiante definido recién el lunes y con triunfo en cuatro sets sobre Thomaz Bellucci.
El primer paso fue exitoso. Los nervios habían quedado atrás. Pero otra noticia, nuevamente vinculada a Del Potro, golpeó a Orsanic. En junio anunció que pasaría por cuarta vez por el quirófano. Entonces el capitán decidió que debía confiar en los mismos cuatro que habían puesto a Argentina en esa instancia. Esa vez el rival fue Serbia pero sin Novak Djokovic y de nuevo en Tecnópolis. La definición, más holgada: en el dobles Berlocq y Mayer vencieron a Viktor Troicki y Nenad Zimonjic en sets corridos y aseguraron el pase a las semifinales.
La Davis hizo que Argentina abandonara la comodidad de la localía y la primera excursión como visitante no salió bien. Bélgica hizo valer los puntos de David Goffin (ante Delbonis y Schwartzman). Aunque Mayer ganó el segundo single y con Berlocq consiguieron el dobles, el azuleño no pudo con Steve Darcis en el punto decisivo y los locales se metieron en la final -luego perdida- con Gran Bretaña.
El sorteo de 2016 no dio novedades para festejar: en el horizonte aparecía una mayoría de adversarios de visitante. El primero fue Polonia y también sin Del Potro, recién retornado al circuito después de 11 meses. Para el match, Orsanic mantuvo a Mayer y a Berlocq, pero puso a Guido Pella por Delbonis y le dio una posibilidad a Renzo Olivo. Llegó Argentina 2-1 al domingo por los puntos de Pella y Mayer en los singles y el correntino fue clave en el cuarto partido al ganarle a Michal Przysiezny en cuatro sets.
Entonces llegó Italia y la posibilidad de volverlo a ver a Del Potro pelear puntos por Argentina. Hacía poco había jugado su primer Grand Slam tras el regreso pero esa vez sólo pudo aportar su presencia en el dobles. El equipo volvió a contar con Delbonis y el azuleño fue clave al ganar sus dos singles. De Polonia en el cuarteto sólo había quedado Pella, compañero de Del Potro en el triunfo del dobles. Juan Mónaco, que perdió con Fabio Fognini, fue el otro elegido de Orsanic.
Llegó entonces un desafío complicadísimo: jugar las semifinales contra el campeón y en la casa de Andy Murray. Orsanic se convirtió en el mejor estratega. Ocultó hasta último momento su jugada e hizo que Del Potro enfrentara a Murray en el primer punto. En un emotivo partido definido en el quinto set, Del Potro abrió la llave del triunfo de un viernes que Pella tiñó de celeste y blanco al vencer a Kyle Edmund. Con cansancio acumulado, el tandilense igual se presentó en el dobles contra los hermanos Murray, pero perdió con Mayer. El hoy N° 1 le puso tensión a la definición al vencer a Pella pero el correntino liquidó todo ante Daniel Evans.
Esos cuatro hombres que habían depositado por quinta vez a Argentina en una final compraron con ese triunfo su pasaje a la gloria. Pero esa historia ya es más conocida...
Detrás, claro, siempre hubo un hombre. Uno que tenía apenas 9 años cuando empezó a jugar al tenis. Uno que fue un doblista enérgico, con ocho títulos ganados. Y, fundamentalmente, uno que le hizo caso a su vocación de entrenador, esa que aprendió de Branko Orlovich, su padre. Hoy, ese hombre puede relajarse y sacar toda la emoción contenida adentro. Hoy ese hombre es el que formó al equipo que le dio su primer título de Copa Davis al tenis argentino.
Lunes, 28 de noviembre de 2016
