EEUU
"Estuvo muy bien", dijo Donald Trump tras el debate
El candidato republicano dio una breve declaración a la prensa tras el tenso debate; asesores de ambos partidos continuaron con el tono bélico tras el encuentro
Nueva York.- Donald Trump caminó lento recorriendo por dentro el corralito armado con vallas, atestadas de periodistas que habían seguido el primer debate presidencial en el centro de prensa, seguido muy de cerca por su mujer, Melania. Alguien le preguntó por su primer choque con Hillary Clinton. "Estuvo muy bien", dijo el republicano.
Trump irrumpió en la enorme sala de prensa montada en la Universidad Hofstra unos minutos después del debate. Lo acompañaron todos sus hijos. Alrededor del corralito de vallas, demócratas y republicanos respondían preguntas sobre el debate, que fue muy tenso, y estuvo cargado de ataques.
Durante alrededor de una hora luego del debate, ese espacio, el spin room, se convierte en una usina de opiniones, con republicanos y demócratas encerrados en el mismo esfuerzo: moldear -o "spin", en la jerga mediática- el análisis del debate a favor de su candidato. Unos y otros intentan llevar agua a su molino, agrandar los aciertos y minimizar las diferencias.
En ese juego, anoche se vio a los demócratas más cómodos que a los republicanos, aunque el debate había dejado un claro ganador: la cada más profunda polarización política, encarnada ahora en Clinton y Trump.
Los demócratas se apresuraron en atacar a Trump. David Plouffe, uno de los estrategas de la campaña presidencial de Barack Obama de 2012, recordó que en los debates los "modales importan", y Trump fue muy agresivo. "Donald Trump empezó relativamente sedado, pero a medida que el debate avanzó estuvo realmente incómodo", afirmó Plouffe. "No creo que los norteamericanos hayan visto a un presidente en el escenario. Vieron alguien flojo. Su molestia fue clara", agregó.
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Para Plouffe, Trump no hizo nada durante el debate que logre cambiar la trayectoria de la elección, y Clinton apareció como la candidata mejor preparada.
"Creo que la historia del debate es cuán pobremente preparado estaba Trump", insistió uno de los estrategas de la campaña de Clinton, Robby Mook. "Me sorprendió que redoblara la apuesta en muchas de las mentiras que ha dicho en la campaña. Creo que la totalidad del debate prueba cuán profundamente inapto es para la presidencia", agregó, repitiendo la principal línea de ataque de la campaña de Clinton.
¿Y la gente de Trump? No hubo muchos de ellos en el "spin room". Una de los integrantes de su campaña presentes fue Boris Epshteyn, quien recurrió a las encuestas favorables al magnate y dijo: "Alguien debería preguntarle a Clinton por qué ella fue tan agresiva. Creo que los dos fueron agresivos. Una de estas personas va a ser presidente de Estados Unidos, es el cargo más importante en la elección más importante de la historia. No es momento de guardarse golpes".
El congresista republicano de Nueva York, Peter King, se mostró ofuscado cuando un periodista le preguntó en qué tenía que mejorar Trump. "Creo que Trump no tiene que mejorar, creo que Hillary Clinton tiene que mejorar", fustigó.
Si el debate dejó un resultado, fue la clara polarización que distingue a la política de Estados Unidos, encarnada, ahora, en Trump y Clinton, que le hablaron a los extremos más que al centro.
"Creo que los dos han ganado el apoyo de su base, pero no hemos aprendido nada nuevo de los candidatos. La gente indecisa todavía es indecisa", comentó Carolyn Dudek, profesora del departamento de ciencias políticas de Hofstra.
Martes, 27 de septiembre de 2016
