RIO 2016
"Soy el más optimista del mundo"
Se trata de Carlos Delfino, que definitivamente se siente parte de los Juegos y su aporte es valioso para un equipo que necesita un tirador efectivo.
Su vida es una montaña rusa que todavía no terminó de dar la vuelta. De ser parte de la NBA y ganar una medalla de oro histórica para el país, a estar tres años sin jugar por una seguidilla de lesiones que lo hicieron pensar en “tirar la toalla”. Pero no. El carro le tenía por delante otra pendiente a favor, el premio a “nunca rendirse ni abandonar”.
“Cuando uno está volviendo de una lesión, esta nadando solo o pedaleando en la costanera, y lo pasa un señor más viejo, más gordo, se siente que no puede hacer nada. Son cosas difíciles de superar. Cuando uno se entrena con la Selección Argentina de básquet, se siente necesario y que ayuda, se hace más fácil. Estar con la pelota ayuda mucho”, dijo Delfino desde una Villa Olímpica que no deja de apreciar. Se asombra por la construcciones y por las banderas que cuelgan de cada edificio.
Luego de vestir las camisetas de Detroit, Toronto, Milwaukee y Houston, con 558 partidos en la NBA, le llegó un momento complicado: en mayo del 2013, vs. OKC y luego de volcarle la pelota a Kevin Durant, el argentino cayó mal y se quebró el hueso escafoides del pie derecho, un sector que articula la parte del talón con los dedos. Se operó, creyó que estaba todo ok, pero en octubre de ese mismo año se resintió. Llegaron más cirugías porque no soldó el metatarso y por necrosis. Y tres años afuera de las canchas. “Me preguntaban si tenía ganas de volver y mi respuesta era seguir operándome. Ya era un vicio”, afirmó. Y regresó con un más que aceptable rendimiento en los amistosos previos a los Juegos. “No esperaba tener este nivel. Yo soy el hombre más optimista del mundo. Hasta hace pocas semanas estaba haciendo cámara hiperbárica con gente anciana y con problemas crónicos. Hasta ellos se reían cuando les decía que iba a volver. Pero seguí siendo optimista. Volver así, con participación y estar tanto tiempo en cancha, no lo esperaba”, agregó Lancha, quien además de lo dicho, también sufrió una conmoción cerebral en el 2010 que lo asustó bastante.
Para el escolta de 33 años fue clave tener al lado a Ginóbili, Scola y Nocioni. Pero el que más confió en él fue Sergio Hernández, que lo metió en la lista preliminar, le fue dando cada vez más minutos y finalmente lo llevó a sus cuartos Juegos. Estuvo en Atenas 2004 (oro), Pekín 2008 (bronce) y Londres 2012. Ahora se prepara para estar el 7 de agosto en el Arena Carioca 1 contra Nigeria. En Río comparte habitación con Laprovittola y tendrá la visita especial de su familia. Además se cruzó con Del Potro: “Bromeamos que los dos estamos viejos y rotos, ja”.
Viernes, 5 de agosto de 2016
