AUTOMOVILISMO
Ponce de León y Rossi, dos que sueñan con repetir
Súper TC 2000
La dupla de pilotos ya festejó en 2015 en los 200 kilómetros en La Pampa. Se consideran firmes candidatos a ganar el domingo en el Gálvez aunque en este año a Rossi no le fue bien.
Juntos vienen de ganar la edición pasada de los 200 kilómetros del Súper TC 2000, que se corrieron en La Pampa. Por separado festejaron en otra ocasión cada uno, desde la implementación de una carrera que se convirtió en clásica. Pero además acumulan siete títulos en una categoría en la que son referentes históricos. Son Matías Rossi y Gabriel Ponce de León, dos campeones que volverán a unir fuerzas para llevar al Toyota Corolla a lo más alto en el autódromo Oscar y Juan Gálvez, de Buenos Aires. Y tienen con qué hacerlo.
“Somos los grandes candidatos por los antecedentes que tenemos”, se anima a decir el juninense, invitado a subirse al auto del de Del Viso por tercera competencia seguida. Lo hace en un mano a mano que ambos comparten con Clarín. “Entre los dos, siete títulos no es poca cosa”, se agranda Rossi. Pero también aclara: “No tenemos una clave del éxito. Acá el secreto es haber estado mucho tiempo, en el caso de ambos, en buenos equipos. Hay mérito personal, porque los autos hay que manejarlos. Pero son los conjuntos los que hacen la diferencia”.
La unión entre dos de los más exitosos pilotos nacionales de los últimos años se dio gracias a la inactividad que tenía Ponce en la categoría. Dos años atrás, el Toyota Team Argentina le propuso a Rossi ir por el ya por entonces tres veces campeón del TC 2000 y la cara del equipo, dueño de una corona más, no dudó un segundo. “Tuvimos la suerte que nos juntó el destino. Es la tercera vez que corro con él y disfruto por la tranquilidad que me da, por cómo se integra al equipo y porque lo conozco como piloto. Está bueno que pueda estar en la categoría, al estar inactivo no dudamos nunca de invitarlo”, reconoce el Misil, ganador también de esta carrera especial con Chevrolet en 2006, en dupla con el francés Alain Menu.
“Cuando me invitaron ni lo pensé. Con un piloto de la talla de Matías, con tantos años con el equipo, no hay que dudarlo. Vi como trabajan y las ganas que le ponen y por eso es que han conseguido grandes logros”, cuenta Ponce.
Pero estas carreras especiales suelen ser un dolor de cabeza para los titulares. Los pilotos son celosos de sus autos y ver que otro acelera en su lugar, cambia la cara de más de uno. No es el caso de Rossi, que aunque reconoce que “al principio era bravísimo prestar el auto”, como los niños aprendió esa cuestión de compartir. “Los primeros años no se lo quería dar a nadie. Pero con el correr de las ediciones empecé a disfrutar. Me gusta darle el espacio al invitado para que trabaje con el ingeniero de pista. Aparte uno siempre aprende desde afuera. Hoy no lo sufro, lo disfruto”.
Su compañero ocasional, ganador de los 200 kilómetros como titular en 2004 con Ford junto a Patricio Di Palma, coincide, aunque ahora desde el otro lugar. “A mí me tocó prestarlo y no lo sufría tanto. Pero sin dudas que para el piloto invitado es una responsabilidad enorme, quizás mayor, porque ellos vienen trabajando en un torneo, peleando para poder sumar puntos para ganar el campeonato y uno debe devolverles un auto sano, lo más adelante posible”. Mañana, Ponce será quien largue la carrera y Rossi tomará luego su lugar, como lo hicieron en Toay en 2015.
Les sobra optimismo. Aunque el inicio del fin de semana para la dupla no fue el mejor -Ponce quedó a más de dos segundos del líder y el auto tuvo problemas en la presión de aceite con el nuevo motor- el hombre que además fue campeón en el TC en 2014, sabe que es ahora o nunca si quiere pelear el campeonato. “Venimos de una primera mitad de año que no fue la esperada y tenemos que sumar. El domingo creo que nos vamos a ir con el mejor resultado, a eso venimos”, remata. “Nos vemos en el podio, ojalá sea en el primer lugar”, adhiere su coequiper.
Sábado, 30 de julio de 2016
