UNA MADRE QUE SALVO A SU HIJA
“Pude donarle un riñón y lo agradezco todos los días”
La donación de Teresa Ifrán salvó a su hija Marlene que padecía una Insuficiencia renal. Ella no dudó en darle un riñón. Una historia para reflexionar en este día especial. “Mi vida transcurría entre mi casa y el hospital, dependía de una máquina tres días a la semana durante cuatro horas. Yo estaba viva pero era como no estarlo” relató. Teresa no dudó ni por un instante y se hizo los estudios de compatibilidad con su hija.
GESTO DE AMOR
El amor parece alcanzar sus más altas dimensiones cuando se dona un órgano. Aunque no se conozcan, las historias se repiten y sus protagonistas son personas tan generosas como anónimas. Este el caso Teresa de 52 años quien no dudó en donarle el riñón a su hija Marlene Zaracho de 26.
La joven llevaba casi dos años en tratamiento de diálisis y uno y medio en lista de espera del INCUCAI para recibir un trasplante de riñón. Es la segunda de cuatro hermanos y confiesa que antes del trasplante ya tenía una "relación algo simbiótica" con su mamá. "Ahora mucho más", dice entre risas.
Marlene, hoy está saludable, sonriente, pero el 31 de diciembre de 2010 se enteró de la enfermedad que terminaba con sus riñones y entró en hemodiálisis. Los días de vida, sin vida, se sucedían uno tras otro: “No podía más, el tratamiento es tan fuerte que te va deteriorando el cuerpo como te saca todo lo tóxico también te saca lo bueno” contó Marlene a www.ellitoral.com.ar
“Mi vida transcurría entre mi casa y el hospital, dependía de una máquina tres días a la semana durante cuatro horas. Yo estaba viva pero era como no estarlo” relató. Cuando ingresó a la lista de espera nacional en 2011, necesitaba un órgano urgente para seguir viviendo.
Teresa no dudó ni por un instante y se hizo los estudios de compatibilidad con su hija.
En casos renales, según explicó Marlene, los donantes más compatibles suelen ser los padres y los hermanos. Pero en su familia, su papá Horacio no podía por razones de salud, su hermana Nadia de 27 años había sido mamá hace poco y sus hermanos Ulises de 19 y Sofía de 11 no podían por ser menores de edad. La única alternativa era su Mamá.
“Ella era mi última posibilidad, tenía mi sangre y nunca lo dudó. Siempre me apoyó” señala.
Los estudios se hicieron en el Instituto de Cardiología de Corrientes, en octubre de 2012 y el 12 de diciembre de diciembre de ese mismo año, Marlene tuvo una nueva oportunidad de vida. Ese día para Teresa será casi o más importante que la fecha en que Marlene nació.
Teresa, una mujer llena de luz en su voz, aseguró “Pienso que tuve la posibilidad de donarle el riñón y lo agradezco todos los días. Sufro por los pacientes que están en lista de espera".
Recordó que la enfermedad de su hija fue difícil pero al final todo resultó muy bien. Hoy estamos felices y tranquilos yo me siento muy bien. Ella tenía miedo por mí, por los hermanos, pero le di valor. Lo volvería a hacer todas las veces que hagan falta” dijo convencida.
Hay más probabilidades de que uno necesite un órgano en la vida, antes de que done, por eso es tan importante la concientización. Historias como estas, demuestran la grandeza de este gesto.
Marlene hoy sueña con ser mamá, “Las trasplantadas debemos esperar dos años después de la operación antes de ser madres- cuenta con amplio conocimiento del tema- pero es uno de mis sueños y el de mi novio Aldo quien me acompañó siempre”.
Carta de Marlene a su mamá
"Todos los días es el día de la madre para mí, pero este año es mucho más especial. Hace diez meses que soy trasplantada renal y mi donante vivo fue mi mamá.
Entrar a Hemodiálisis a los 23 años fue muy duro, ni hablar cuando a los tres meses de tratamiento me comunicaron que para seguir teniendo una buena calidad de vida debía entrar a la lista de espera del INCUCAI; ese día se me cayó el mundo.
Así pase dos años dializándome, no había feriados, salidas ni viajes para mí. Mi cuerpo se iba deteriorando con el paso de los meses, hasta que después de un larguísimo año y medio de esperar un donante, recibí el acto más puro de amor de toda mi vida, mi mamá me donó un riñón: los malestares y dolores se habían ido y la tristeza quedó encerrada en aquel quirófano.
Hoy vivo sin depender de una máquina, puedo tomar mates los domingos sin sentirme mal, retome mis estudios universitarios, volví a salir y a reír con mis amigos, pude viajar sin días y horarios.
No me alcanzará la vida para agradecerle a mi mamá: GRACIAS por no dejarme caer y levantarme cuando no podía más, GRACIAS por esperarme cada noche cuando llegaba de la clínica, GRACIAS por secarme las lágrimas, GRACIAS por hacer esos chistes para que ría aunque sea un rato. GRACIAS, GRACIAS POR MUCHÍSIMAS COSAS MÁS.
Mi mamá me dio la oportunidad de NACER hace 26 años, y hoy todas las mañanas me da la oportunidad de RENACER
FELIZ DÍA MÁ!!!!!!!"
Por Gabriela Benitez
gbenitez@ellitoral.com.ar
Domingo, 20 de octubre de 2013
