POR ROBERTO CAPARA
Un presente que requiere contención
(Sábado 24 de Noviembre) Hace pocos días jóvenes deportistas de ambos sexos de nuestra provincia, convencionales y especiales, participaron con éxito en los Juegos Evita que se desarrollaron, como es habitual, en Mar del Plata. No es la primera vez, más aún, la historia indica que hubo otros comprovincianos en distintas décadas, que cosecharon lauros en diferentes deportes. Medio siglo atrás fue el fútbol y también el basquetbol, actividades que permitieron lucir las medallas más brillantes.
Cierto es que este tipo de competencia solventada con fondos estatales y bañadas con mucho de política no siempre bien empleada no está para consagrar campeones, sí para motivar a la juventud, acercarla con mayor énfasis a un deporte y cultivar la amistad. Si es con base educativa, mucho mejor.
Es como los juegos intercolegiales, los cuales tuvieron sus tiempos y no siempre, por diferentes razones, se desenvolvieron como uno pretende, para bien de todos.
Hace un puñado de años, en este tipo de competencias grupales a nivel nacional, por caso, surgió el joven Carlos Layoy, dedicado al atletismo, “madre de los deportes”, como se lo bautizó desde antaño. El adolescente oriundo de Paso de los Libres, se dedicó al salto en alto, donde continúa subiendo la varilla en busca de nuevas marcas.
Hace pocas horas, una figura mundial, como Javier Sotomayor, volcó elogios para el joven correntino al sentenciar que “Layoy va a hacer una gran carrera”, durante un encuentro que mantuvieron en Buenos Aires.
De tanto movimiento, siempre surge alguien con posibilidades de crecimiento. El caso de Layoy se diferencia por ciertas cosas, más allá de sus condiciones innatas y es que no se quedó colgado de su medalla ganada un día no lejano en la “Ciudad Feliz”. Siguió y siguió y hasta logró seguidores.
Claro, casos Layoy no abundan, pero si hay ganadores de competencias en diferentes ramas, el tema es continuar, para lo cual se requieren cuestiones básicas y siempre exigentes.
He aquí algo fundamental como la fortaleza al cumplimiento del rigor que demanda la práctica para subir escalones. El afán del deportista.
Pero también es claro que el protagonista debe encontrar el control y la contención debidos para que el entusiasmo, las posibilidades y el contagio no se dilapiden, como ocurrió con otros aspirantes a quienes les faltó algo, frustrándose su potencialidad.
Debe haber, seguramente, muchos chicos que quieren ser o parecerse a Layoy. Mucho dependerá de los tienen a su cargo el montaje multitudinario de este tipo de juegos anuales y de otros menos ostentosos, pero, igualmente enriquecedores.
La sociedad toda hoy reclama más la contención de la adolescencia y juventud, donde son marcados los déficits, erigiéndose en peligrosos en muchos sentidos.
Los mayores, como siempre, deberán apuntalar sin mezquindades toda iniciativa para que puedan ser recogidos los frutos, aún cuando no luzcan campeones.
Las fotografías deberán ser obtenidas en los cumpleaños y no solo cuando el deportista posea el trofeo.
ROBERTO CAPARA
deportes@ellitoral.com.ar
Sábado, 24 de noviembre de 2012
