POR LUIS RUBÉN LOETTI
"Dia del Libro"
Según mí modesto entender, hay tres cosas que la tecnología jamás podrá hacer desaparecer o reemplazar: la radio, la fotografía y por supuesto, el libro. La radio fue desde su invención, la compañera del enfermo, del ama de casa, del obrero.
Escucharla no impide o interrumpe las tareas o trabajos que esté realizando.

La fotografía, es más emocionante tener la postal en la mano, que observarla en monitores, cámaras de celular o filmaciones. En cuanto al libro, no existe momento más sublime que hojear y seguir la lectura letra a letra, oración a oración, párrafo a párrafo. Leer en un monitor, siempre se escapa un dato. En un texto sobre un papel, se puede volver, releer y analizar con detenimiento.
El 15 de junio es una fecha que se eligió por decreto como el Día del Libro. Ahora cabe una pregunta: ¿Quién inventó el libro?.. Hay testimonios que afirman que fueron los sumerios, una cultura que habitaba el territorio que hoy, Siglo XXI, está ocupado por una nación de nombre Irak. En aquel entonces, 5.000 años atrás, los sumerios comenzaron a anotar cosas importantes por escritos, grabándolas en placas de arcilla que luego secaban al sol. Sin que ellos lo supieran, estaban creando los primeros libros.
En la misma época, décadas más, décadas menos, los egipcios también hacían lo propio: escribían textos más largos, pero sobre papiros. Estos eran tallos de una planta a los que los encimaban y prensaban, uniéndolos de costado, obteniendo libros en rollos. Los griegos y romanos imitaron a los egipcios, pero tropezaron con un problema; las plantas de papiros comenzaron a escasear y los obligaron a éstos “copiadores” a apelar al ingenio: comenzaron a utilizar cueros de ovejas y cabras. Quizás tampoco estas dos culturas, se dieron cuenta que estaba naciendo el pergamino. Pero sucedió algo muy importante: empezaron a aparecer los primeros libros en forma de cuadernos, aparte de los en rollos que ya existían.
Y un día, o un siglo después, los libros comenzaron a “editarse” en nuestra América. Los mayas y aztecas también tenían los suyos. Eran en hojas de una especie de cartón hecho con fibras vegetales, unidos en forma de biombos. (Sin querer estaba naciendo esta divisoria que hoy se usa en hogares, hospitales, tiendas).
Los chinos, que con sus inventos alimentaron guerras con la pólvora; también hicieron algo por la cultura: dieron origen al papel, en un principio con trapos viejos. Los árabes metieron la cuchara y aprendieron a fabricarlo, para llevarlo a Europa. Pero siempre hubo un inconveniente: los libros eran muy costosos y poca gente podía tenerlos (aunque hay que aclarar que muy pocos sabían leer). Y por lógica razón eran muy caros, ya que los libros se copiaban a mano, uno por uno.
Y un día llegó el gran cambio: exactamente un 1.453, el alemán Johannes Gutenberg invento un aparato de nombre IMPRENTA que tenía la capacidad de armar páginas con moldes de letras sueltas, que se entintaban e imprimían en papel. De esta manera, se pudo copiar muchos libros que abarataron y llegaron a muchas más personas.
Aun hoy, año 2.016, escribir un libro, para un escritor que viva de un sueldo de obrero y que tenga solamente la fortuna de ser “soñador”, es algo casi inalcanzable lograr la impresión de un texto. Si no existiera un departamento de cultura en cada municipio, los libros llegarían a los lectores casi como en la época de los sumerios, egipcios o romanos, cuando no existía el papel. Los políticos de hoy tienen que saber que la cultura dio más riqueza y poder a los pueblos, que las conquistas de sus ejércitos.
Rubén Loetti
Miércoles, 15 de junio de 2016