LA REALIDAD INCIDE Y AFECTA EN LA FE
Stanovnik advierte un fenómeno de desorientación en la sociedad actual
El Arzobispo reiteró la necesidad de recuperar valores como el matrimonio. Hizo referencia a las propuestas condicionantes que inciden en la vida en pareja, así como en el comportamiento de la comunidad. A diario, Andrés Stanovnik debe enfrentar el desafío de llevar adelante la Arquidiócesis de una comunidad, la de Corrientes.

Según sus propias palabras, una comunidad cálida que le abrió las puertas con un calor humano auténtico y un entusiasmo difícil de encontrar en otros lugares.
Sin embargo, pese a las características propias de la sociedad correntina, los hechos que atentan contra los valores no le son ajenos, por lo que el Arzobispo, junto a sus colaboradores distribuidos en las parroquias a escala provincial, en cada uno de sus mensajes claman por recuperar el matrimonio como base de la convivencia humana enfatizando en la necesidad de un buen trato entre las personas.
-En sus homilías por lo general apela a los funcionarios. ¿Se debe a que los hechos de la realidad, sobre todo política, afectan a la Fe?
-Yo no tengo conciencia de dirigirme a los políticos. Siempre, cuando hablamos de la necesidad de buen trato, empiezo por señalar al matrimonio porque esa es la base de convivencia y la pareja humana. Primero, es la persona, que tiene un vínculo en el contexto familia y con el matrimonio, de modo que la primera apelación de conversión del egoísmo a una vida de donación empieza por la pareja y se concreta después en la familia. Si en ésta los padres son los protagonistas para crear la unidad, en la sociedad son los funcionarios los que tienen la responsabilidad de gobierno.
-¿La Fe se debilita con los hechos de la realidad?
-Claramente se ve afectada porque vivimos en un mismo mundo, en el que una crisis desafía a la fe. Luego depende cómo las personas reaccionan ante la crisis. En este sentido, creo que las que son creyentes tienen capacidades interiores para hacerle frente a una crisis, primero porque sabe que no está solo porque su experiencia es comunitaria y además porque sabe que el Dios cristiano es un compañero constante, lo que permite hacerle frente con mayor seguridad y firmeza. La fe ayuda no sólo en las crisis sociales, sino también a superar problemas de matrimonio ya que, si son creyentes, saben que en el medio está Jesús y el amor de Dios, en cambio, aquella pareja que no tiene una referencia que esté más allá los lleva a estar solos, confrontando por quien es el más fuerte. La falta de fe deja desprotegida a la persona, al matrimonio, ante un egoísmo que los lleva a que no le importen los hijos.
-El egoísmo al que hace referencia, ¿sólo es una consecuencia de la falta de fe o intervienen factores para incentivarlo?
-Hoy la propuesta de la mentalidad corriente es promocionada a través de los grandes medios, con propuestas condicionantes que vienen desde afuera en las que se trata de proponer una vida en pareja muy superficial con vínculos para nada sólidos. Si se tiene fe, se tiene la capacidad de donación de la persona al otro y a la comunidad y se comienza a pensar en el bienestar de los otros, ya que no se busca la propia felicidad porque si se la busca para sí, nunca se la encuentra.
-¿Qué afecta al comportamiento de la sociedad?
-Hay que conocer la naturaleza humana, por eso, cuando se dictan leyes, no se lo hace para satisfacer las demandas circunstanciales, sino que hay que ver quién es la persona para poder dictar una ley que le sirva, así como a la comunidad. ¿Es lo mismo cualquier tipo de familia? En los proyectos de educación sexual integral a los chicos se les dice que es lo mismo que tengan dos papás, dos mamás, uno solo, todo es igual y está instalado. Y evidentemente, eso no nos hace bien. La ley tiene que encausar hacia un objetivo, pero en la actualidad, se las crea como una especie de fotografía de la realidad. Entonces, ¿hacia dónde vamos? No sabemos, porque al crear leyes, hay una cierta racionalidad que se pierde cuando olvidamos para qué sirve el ser humano, de dónde viene, quién es, para dónde va, y si eso no se tiene claro, la sociedad nos da la sensación de que no sabe para donde vamos.
-¿La sociedad actual da la sensación que está sin rumbo?
-No es una afirmación absoluta. Evidentemente hay un fenómeno de desorientación que se ve en los valores, en la falta de responsabilidad de los padres con sus hijos que llegan a los doce años, por ejemplo, y no saben qué hacer porque no le pusieron límites. Tampoco hay suficiente claridad en el ámbito político respecto a valores fundamentales, como por ejemplo, en la necesidad de diálogo. Se necesita que la parte oficial y la oposición encuentren un camino para gobernar juntos, sino, gobierna tan sólo una facción, y sí es así, lo hace para su gente, no para todos. Eso es falta de claridad conceptual y capacidad para ponerlo en práctica. Al mismo tiempo, hay cosas muy buenas, como grupos que trabajan por el bien común sólo por ayudar a la gente, así como hay funcionarios del primer nivel en la actualidad que no sólo tienen buena intención, sino que además, un obrar coherente, en su gestión de gobierno, aún cuando la eficiencia de sus tareas no arrojen frutos muy patentes.
El desconcierto de los adultos repercute negativamente en jóvenes
El fenómeno de desorientación por el que está atravesando la sociedad tiene repercusiones directas en los más jóvenes. "El adolescente es el primero en sufrir la desorientación", manifestó Andrés Stanovnik.
"En estos días, los jóvenes se la pasan siete u ocho seguidos yendo a los boliches, y ellos creen que disfrutan porque no conocen otra cosa, pero esas experiencias sin contención se traduce a otras experiencias", determinó el Arzobispo.
-En una de sus homilías, señaló que el hombre que da la espalda a Dios es egoísta. ¿Qué herramientas tienen los jóvenes para evitar actuar de ese modo?
-En primer lugar, los jóvenes sufren el desconcierto de los adultos, así como también las conductas bastante perversas de los segundos que negocian con los primeros. Los jóvenes son un mercado fácil, de la droga, del alcohol, lo que significa una sociedad que vive sin códigos. ¿Quién es responsable de esto? Todos, teniendo en cuenta que hay responsabilidades de diferente nivel, lo que no quiere decir que sean de mayor o menor importancia. Los hijos no tienen la misma responsabilidad que los padres, por ejemplo. Nosotros, desde la Iglesia como parte de la sociedad así como con todas las iglesias, intentamos darles espacios de contención a grupos de chicos, donde viven y disfrutan de su juventud con alegría.
-Fuera de esos espacios, ¿a qué pueden recurrir para mantener un buen trato con las personas en el día a día?
-Depende, por una parte en qué grupos de amigos optan por tener. Yo hago una invitación para que pregunten por grupos, como el Buen Samaritano, en el que en vez de estar en el boliche, salen a la noche a brindarles comida a personas en situación de calle. Es bueno optar por otra cosa, que hay que buscarla y creo que la sociedad también tiene que ofrecer otras cosas.
-Y no agotarse en el mercado de lo fácil...
-Sucede que hoy la oferta son los boliches, que están a la mano de todos, así como algunos espectáculos masivos de música joven con algunos artistas que traen de afuera, en los que habría que ver hasta dónde realmente influyen en el alma de los jóvenes, teniendo en cuenta qué tipo de contenidos tiene la letra, la invitación a la droga, al sexo, a la violencia, sobre lo que no puede decirse nada. Una vez, lo dije en un medio de comunicación advirtiendo esto. Se alzaron voces de censura, cuando se trata de un poco de razón, de debatir si esto es bueno o no, aunque hay criterios que no se discuten.
Recuperar el pesebre para fortalecer a los vínculos familiares
Hace varios años, desde la Arquidiócesis, junto a otras instituciones llevan adelante el esfuerzo de recuperar el verdadero sentido de la Navidad, ya que para Stanovnik "hay una Navidad correntina muy propia que es necesario recrearla".
La propuesta de la Ñandé Navidad Correntina Poräité es una de las alternativas con las que, desde la Iglesia, se busca revalorizar a la familia. "Papá Noel es un muñeco, que ¿qué nos deja?", interrogó Monseñor.
"Creo que es mejor el pesebre, porque nos remonta a los orígenes, y tiene que ver con la historia argentina", se expresó Stanovnik, a lo que agregó que "por eso el esfuerzo por la construcción del pesebre en la casa, porque sin el pesebre, el árbol sólo es un desierto de bochitas".
La propuesta, que se desarrolla desde el sábado 6, incluye muestras artísticas, culturales y religiosas, exposición de pesebres, festivales musicales y representación del Pesebre Viviente. Este año se tiene como lema: "Familia misionera del Dios de la Vida", cuyo eje de espiritualidad estará centrado en: Familia-Misión-Vida.
Con la iniciativa, desde el Arzobispado de Corrientes se busca ayudar a todos los correntinos a fijar la mirada en el acontecimiento trascendental que da sentido verdadero y profundo a la fiesta de Navidad, Dios que por amor se hace hombre en la vida de un niño en el seno de una familia.
El objetivo de Ñandé Navidad, es que el pueblo correntino: redescubra y revalorice, en un profundo acto de fe, el Misterio de la Navidad, donde el mismo Dios se hace hombre en Jesús, acogido por la Sagrada Familia de Nazareth; y experimente esta fiesta como expresión de la alegría profunda y verdadera por la Vida que nace y la celebre en Familia. Además, se busca "ayudar a celebrar de una manera diferente la Navidad, fomentando expresiones concretas de solidaridad, especialmente para con los más necesitados".
El cronograma prevé para hoy a las 20, la celebración Eucarística con bendición de las madres embarazadas en el Santuario de Nuestra Señora de la Merced.
Para el martes 23 y miércoles 24, durante toda la Jornada, se invita a los fieles a envolver regalos en Carrefour para recaudar fondos para Cáritas. Por la noche del miércoles, a las 21, se celebrará en la iglesia Catedral, misa de Nochebuena, presidida por monseñor Andrés Stanovnik.
Por último, el jueves 25 a las 10, se realizará el tradicional saludo Navideño al Arzobispo, en la sede del Arzobispado.
Calidez de una comunidad única
El 7 de diciembre de 2007, monseñor Stanovnik no sólo cumplió años, sino que además llegaba a Corrientes para asumir la máxima responsabilidad en la Arquidiócesis. "La primera impresión de la comunidad correntina fue su calidez, ya que me impresionó el recibimiento que demostró el alma correntina", recordó el Arzobispo de su llegada a la provincia.
"El entusiasmo y calidez con el que me recibieron es muy difícil de encontrar en otros lugares", manifestó Stanovnik sobre el pueblo, a lo que agregó que "a lo largo de los años fui comprobando que el correntino es muy cálido, que se encuentra muy bien cuando es querido y el acercamiento es sin pretensiones".
En referencia a los orígenes de la comunidad, señaló que "agregando la visión trascendente de la vida, el correntino tiene una profunda religiosidad que proviene, según los estudios, de las dos raíces que fueron conformando el cuerpo, por una parte, el origen guaranítico, y por otra, el español que trajo la evangelización, lo que creó una hermosa síntesis".
En el transcurso de los siete años, Stanovnik notó cambios, como los que mencionó como resultado de sus propuestas. Entre ellos, indicó que "cuando inicié aquí con la responsabilidad, propuse que trabajáramos muy fuerte en todo lo que corresponde a la dimensión comunitaria del ejercicio del ministerio sacerdotal, es decir, contrariamente a lo que se puede pensar de un sacerdote que es el que manda en la parroquia".
El concepto de gestión comunitaria implicó establecer en todas las parroquias consejos de pastoral y de asuntos económicos, para así vivir y compartir una experiencia de comunidad, como explicó el Arzobispo, para sintetizar que ambos tienen el sólo objetivo de afianzar la comunión y la confianza entre los miembros para poder fortalecerlos a través de los mensajes que se transmiten.
Domingo, 21 de diciembre de 2014