PROVINCIA
Montini, un obispo joven para batallar contra las drogas y la pobreza
Muy querido en su comunidad, afable, simple, afectuoso y reconocido por la calidad de sus homilías, monseñor Gustavo Alejandro Montini, actual obispo auxiliar de la Diócesis de San Roque, en Sáenz Peña (Chaco) fue designado por el papa Francisco para presidir la sede eclesiástica de Santo Tomé, en Corrientes
Dice que conoce la Diócesis de Santo Tomé, adonde lo nombró el Papa. Se propone crear una comisión pastoral contra las adicciones.
Llegará con un objetivo concreto: dar batalla al flagelo de las adicciones “que debilitan a la sociedad”, según señaló. La proliferación de la droga, que es una secuela de la pobreza que produce marginalidad, es el foco de preocupación en la misión pastoral de monseñor Montini en sintonía con los lineamientos que ha fijado el Episcopado Argentino y la Santa Sede, hoy bajo el mando de un argentino.
Oriundo de una localidad rural del Oeste de Santa Fe (Colonia Raquel) en julio pasado cumplió 46 años y es una de las figuras de renovación de la prelatura nacional. Hace dos años el Papa lo designó auxiliar en Roque Sáenz Peña y ahora lo puso al frente de la diócesis de Santo Tomé, en una zona de frontera. En diálogo con NORTE de Corrientes, Montini contó que recibió con satisfacción la noticia de la designación por parte del nuncio apostólico monseñor Emil Paul Tscherrig. Inmerso en mucha emoción, expresó que su principal objetivo será trabajar para prevenir los distintos flagelos que debilitan a la sociedad, como son: las drogas, la marginalidad y la pobreza en Santo Tomé. -
¿Cómo recibió la noticia de su nombramiento? - Lo tomé con mucha alegría, es un nuevo llamado de la Iglesia, significa desprenderme y volver hacia los orígenes y marchar. Destaco y agradezco la confianza que me da la Iglesia ante este nuevo desafío y sobre todo siento mucha gratitud por el papa Francisco. Y no fue de sorpresa, porque el nuncio apostólico me había comunicado de la decisión y me preguntó si quería aceptar la propuesta y le dije sí, porque estoy al servicio de la Iglesia. - Usted es muy querido en Sáenz Peña, ¿desde hace cuántos años sirve como obispo auxiliar allí? - Estoy hace dos años y diez meses en esta Diócesis, la sensación interior es como que estuve casi 30 años, porque viví el ministerio religioso con mucha intensidad. Y estar cerca de la comunidad, ayudar a la gente y tomar contacto con todos los sectores fue muy hermoso. Me ha significado mucho. Siento de alguna manera el desprendimiento con mucha tristeza, y los integrantes de la comunidad me han comunicado también su tristeza por mi retiro. -
¿Conoce cuáles son los problemas más urgentes? - Conozco la Diócesis porque fui convocado un par de veces por el anterior obispo Hugo Santiago, con quien prediqué el clero en algunos retiros espirituales. Además también tomé contacto telefónico con el que fuera el segundo obispo, monseñor Alfonso Delgado, quien me relató la historia de la Diócesis, pero sabemos los problemas sociales que acechan y que son las drogas, la pobreza y la marginalidad, ítems primordiales por los que tenemos que luchar. -
¿La Iglesia, cómo puede poner freno a estos flagelos? - La intención es constituir una comisión pastoral de las adicciones en Santo Tomé, así como la que ya existe en la Diócesis de San Roque, en Sáenz Peña, y que está compuesta por laicos, sacerdotes, religiosas y distintas personas de la comunidad, quienes a través de esta comisión ayudan a contener a los jóvenes. Con esta comisión nosotros hacemos eco de la visión que tiene la Conferencia Episcopal Argentina, sobre el tema pero primero tengo que ver de qué manera la Diócesis correntina venía trabajando en el tema para ver cómo podemos profundizar el camino y poder crear esta comisión. Será un trabajo donde prime la prevención, con el fin de preservar la vida, que es un regalo inmenso y debemos cuidarla. Seguimos en esta perspectiva, sabemos que en Santo Tomé no hay ningún centro de rehabilitación para las adicciones pero la Iglesia está comprometida con este flagelo y con otros, como lo que tiene que ver con la situación de marginalidad de pobreza, de no tener los recursos dignos para vivir. Aunque sabemos que Cáritas de Santo Tomé está trabajando en el tema. Y la idea es que la Iglesia haga su aporte pastoral, para promover el desarrollo social ante los desafíos que imponen estos flagelos.
Miércoles, 21 de diciembre de 2016
