POLÍTICA
La UCR tensa la cuerda por los coqueteos del Gobierno con el PJ
La alianza Cambiemos.
En Catamarca, donde Macri se mostró con Corpacci, los radicales cuestionaron el acercamiento que estuvieron "muy cerca del kirchnerismo"
El radicalismo y Cambiemos se doblan, pero no se rompen. Por ahora. La divisiones internas en la UCR son cada vez más amplias a raíz de la decisión del Gobierno de explorar acuerdos territoriales con gobernadores y dirigentes del PJ y de sumar a intendentes bonaerenses. Un ministro, que conoce bien las reglas internas de la UCR, minimiza el conflicto. “Hay dos radicalismos: el que está en el Gobierno y el que está afuera”, sentencia.
Ayer la polémica acompañó al mismísimo presidente Mauricio Macri durante su desembarco en Catamarca, adonde se mostró cerca de Lucía Corpacci, visitante frecuente en la Casa Rosada. La UCR local lo recibió con un comunicado en el que criticó la cercanía a dirigentes que acompañaron al kirchnerismo. “Sería erróneo e inestable el camino de cerrar alianzas con jefes territoriales que hasta hace 7 meses eran abanderados del gobierno que devastó la Argentina", reclamaron.
Cuando el titular del Comité Nacional José Corral asistió a la asunción de las nuevas autoridades partidarias de Catamarca, hace dos semanas, lanzó un dardo que rozó al Presidente. La misma semana había expresado su malestar en una reunión con correligionarios en Tucumán. “La gente sabe que somos honestos y que no tenemos cuentas en Panamá”, dijo en Catamarca. Hablaba del valor de ética radical, pero terminó aludiendo ¿a los Panamá Papers? Lo cruzó nada más que el jefe del PRO a nivel local Fernando Capdevila. Los radicales reclaman una mesa provincial de Cambiemos cuando el Frente Cívico, que apoyó a Macri, se debate entre la interna entre los dos ex gobernadores Eduardo Brizuela de Moral y Oscar Castillo, el intento del PRO por sumar al ex massista Raúl Jailil y el coqueteo con Corpacci.
La temperatura sube más aún en el distrito electoral más importante del país. Luego de que la UCR bonaerense emitiera un comunicado con críticas a las políticas de incorporaciones, el vicegobernador Daniel Salvador, que se había mantenido prescindente, se metió en el barro. “Es sumamente positivo que haya intendentes que han participado en otros espacios y ahora fortalecen y comparten nuestras pautas, principios y objetivos", dijo el vice de María Eugenia Vidal. Entre su silencio y las declaraciones mediaron Ernesto Sanz y la gobernadora. Al presidente del radicalismo bonaerense Ricardo Alfonsín no le bastó. Ayer volvió a cuestionar al Gobierno. “Se hacen incorporaciones en Cambiemos sin consultarnos. Queremos ser consultados y cuidar la coherencia”, sentenció el hijo del ex patriarca radical en declaraciones a Canal 26 y Mitre. “La coherencia” precisamente era el límite que había marcado Sanz, cada día más cerca de Macri. Intendentes que responden a uno y otro sector salieron a bancar la parada.
Alfonsín fue más lejos y se metió en la discusión por el tarifazo que empantanó al Gobierno: reclamó controles a las empresas de servicios que recibieron subsidios. Cerca de Vidal le bajaron el tono a la discusión. “Están por cerrar las listas para la interna radical bonaerense. Para las legislativas falta mucho; tanto Salvador como Ricardo van a fortalecer Cambiemos”, dijeron en La Plata.
La discusión con la UCR también se coló en el Gabinete. En el ministerio del Interior daban por seguro que los ministros radicales con aspiraciones provinciales Ricardo Buryaile (Agroindustria), en Formosa; y Julio Martínez (Defensa), en La Rioja; deberían poner el pecho en estos comicios. El segundo ya avisó que no será candidato, a pesar de que en su provincia es una de las ocho que renuevan bancas en el Senado.
Sábado, 23 de julio de 2016
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