DEPORTES
Los referentes de Boca que se fueron por la puerta de atrás
La salida del “Cata” Díaz y la posible ida de Orion reflotó una vieja deuda del “Xeneize” con sus símbolos. Jugadores que llevaron al club a lo alto y terminaron yéndose en silencio
"Los ídolos de Boca siempre nos vamos por la puerta de atrás". La frase que pronunció Alberto Márcico hace dos años atrás mantiene una vigencia impactante y se involucra en este presente doloroso que vive el club de La Ribera luego de la eliminación de la Copa Libertadores.
El Cata Díaz y Agustín Orion, dos referentes de la nueva era, agilizaron sus pasos para conseguir la carta de salida. En silencio, por la puerta trasera. Quedaron atrás los 12 títulos que acumulan entre los dos en su palmares. La séptima se escapó y Boca necesita culpables. Los referentes que deberán pagar con su estadía, en este caso, serán ellos.
No es una novedad, el Mundo Boca cuenta con una larga historia de cortocircuitos con emblemas, ídolos y referentes. Carlos Bianchi y Juan Román Riquelme son los casos más resonantes del último tiempo.
Hace dos años, el Virrey trastabillaba en su tercera etapa en el club y Daniel Angelici tomaba la decisión, con consenso unánime en la Comisión Directiva, de echarlo. El DT más ganador de la historia xeneize no quería irse, pero terminó marchándose en el silencio de la derrota. Nunca más volvió a pisar la Bombonera.
Una situación similar sucedió con, quizás, el máximo ídolo de la historia. Peleado con la dirigencia, Román no renovó el contrató y dio su última función en medio de una ovación de los hinchas. Su sueño era retirarse en el patio de su casa, como tantas veces describió al estadio de Boca, pero terminó dando su pincelada final en Argentinos Juniors. "El club está por encima de los ídolos", le avisó Angelici. Román respondió ya con la casaca del Bicho: "Yo soy bien bostero, no sé cuántos hay en la dirigencia".
El hombre que describió la problemática de los ídolos con una frase que aún retumba también tuvo sus contratiempos. El Beto Márcico fue emblema de una institución en decadencia. La gente lo adoptó. Su salida fue en medio del escandaloso vestuario dividido entre halcones y palomas. Líder de una fracción, dijo adiós por las sombras con el arribo de Mauricio Macri al club.
Fernando Carlos Navarro Montoya fue otro de los referentes de esa batalla que, tiempo después, terminó enfrentado con los hinchas por un descuido. Ya con la camiseta de Independiente, festejó un gol en la Bombonera de manera eufórica y en el próximo enfrentamiento lo recibieron lanzándole consoladores.
El otro arquero que sufrió el peso de la exposición en Boca fue Hugo Orlando Gatti. Emblema de una época, se equivocó en una salida contra el ascendido Deportivo Armenio y José Omar Pastoriza lo relegó. Dejó el club sin el reconocimiento que exigía su apellido.
Diego Latorre y Daniel Osvaldo son dos casos de nombres que tuvieron todo para quedar en la historia, pero eligieron un camino de polémica.
Gambetita se enfrentó con Maradona durante su estadía y se marchó al inmortalizar la frase: "Boca es un cabaret". Tiempo después, le marcó un gol con la casaca de Racing y se tapó la nariz. El Stone, fanático xeneize, tuvo dos pasos y en ambos brilló por los escándalos. Primero, protagonizó mediático digno de programa de espectáculos. En su segunda chance, lo encontraron fumando en el vestuario y le rescindieron.
Sábado, 23 de julio de 2016
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